Amigos, despues de unos dias sin escribir debido a que estuve en cama, he vuelvo a sentarme frente a la pantalla y mis dedos sobre el teclado han redactado estas historias para ir poniendome al día con ustedes hoy les dejo dos.-
Gracias por estar y no se olviden de criticar que es la mejor manera de poder seguir adelante.-
Recuerden que estas historias tienen vida propia en la voz de Paola Caradaghian en la Trasnoche de A.M. 580 (el link de la radio esta al costado en web's amigas).-
Gracias - Agustin Giraudo
Pesadilla
El arma sonó en su cabeza y el hombre asustado se levanto desesperado, su señora, pues supongo que era su señora o al menos dormían juntos desde hacia un buen tiempo, también se despertó y trato de tranquilizar al hombre, el mismo se dirigió a la cocina, se sirvió agua, tomo la misma y ante la vista de ella, corrió hasta la ventana y se lanzo al vacío desde el segundo piso. Cayo de cabeza y su entierro fue glorioso, nadie podía entender el accionar de este hombre joven, ni siquiera ella, la misma que desde hacia un tiempo dormía a su lado.
No había antecedentes de locura en la familia, no había depresión aparente, solo se supo mas tarde que el hombre no conciliaba el sueño desde que habitaba ese departamento en el segundo piso.
Pude saber al tiempo, que debajo a media cuadra y sobre la ventana de la habitación había una central de policía, era la primera, y todas las noches había problemas, sino eran los borrachos, eran las hadas de la acera, sino los problemas domésticos o algún que otro accidente de auto, pero todas las noches la sirena, los gritos y las corridas se presentaban alterando la paz de la oscuridad. Sabiendo esto supongo que el hombre estaba aterrado de sus sueños, pero no por sus sueños propiamente dichos, sino por la maldad de los mismos, y esa maldad provenía de la calle, esa calle tan atestada de gritos, peleas y agresividad ya entrada la noche.
Quizás si ella intuía esto, el hombre hoy seria hombre y ella estaría a su lado, pues era más simple tomar la decisión de mudarse que tirarse de palomita de un segundo y piso caer sobre mi auto.
Tiempos modernos
Así me lo encontré a Camilo, destruido, abatido por la vida moderna, despotricando a más no poder. Las palabras desaforadas brotaban incansablemente de atrás de esa barba tupida y blanca que denotaba el paso del tiempo, él me juraba y perjuraba que intentaba amoldarse, ser un viejo piola, así como dicen los chicos hoy en día. Pero se sentía frustrado por no entender esas cosas de la vida moderna, esa sensibilidad del día a día que golpea el pecho en cada amanecer, esa cosa macabra que crece en el asfalto quemado de una ciudad empobrecida y sin retorno.
Camilo seguía enfurecido consigo mismo por no poder entender. Solo repetía lo idiota que había sido, como podía haber realizado esa pregunta a su amigo, lo había herido de muerte y eso que su amigo lo había visitado ya muy mal herido, y Camilo le había aplicado el golpe mortal, esa secuencia maquiavélica que hiere sin retorno. Y Camilo seguía golpeándose y tratándose como un trapo añejo. Maldecía el no haberse callado, el no adaptarse a la vida moderna. Pero como podía intuir él, el desenlace, como podía el saber que el destino seria así, y todo porque Juan fue y le contó que se separaba de su mujer porque está le engañaba. Pobre Juan, pero pobre mas de Camilo que sin saber le dijo a Juan que Carlos, el verdulero, estaba en la misma situación, y fue en ese momento antes del ataque de ira y posterior ataque cardiaco en que Juan, con la baba rabiosa entre los dientes le dijo que su mujer lo había abandonado por la mujer del verdulero.
Pobres almas errantes.
Pobre de camilo, siempre con su barba blanca y su poco amolde a estos tiempos modernos.
jueves, 16 de julio de 2009
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