viernes, 4 de enero de 2008

Locura (22/11/06)


Esta la buena, la mala. La nostálgica. La compañera de todos los días. Esa que es sobrecogedora. Ellos siempre dicen que son los otros. Y nosotros, sin darnos cuenta, de que también sueña en nuestros sentidos. En mi andar el viento me acompaña. Las aves me miran celosas, y yo a ellas por tener alas. El sonido gastado y pesado y con ritmo, atraviesa mis tímpanos. Me doy cuenta de que he caminado mucho. Mi columna se amolda a la silueta de un árbol. Reposo mi cuerpo sobre las lajas de la vieja celda de este compañero imprevisto que me sostiene. Las caras pasaban ajenas al aire que respiran, siguen su marcado curso...Las facciones de un hombre hablando solo a través de la tecnología, me sorprendieron cuando este se enojo e insulto, en su mundo, a otro, que quizás también se encuentra en su mundo...Una pareja intercambiaba cariño mientras se dirigían a donde los llevaba su amor. A lo lejos se oyó una sirena... Ensimismado caminaba a paso de tropa y se hacia lugar entre la maraña de gente que circulaba en la hora pico. La sirena esta cada vez mas cerca. Un joven, sinónimo de revolución, cantaba a viva voz mientras deambulaba. Pude ver que alguien levanto su cabeza para mirarle. La sirena resoplaba con furia a la vuelta de la esquina. De pronto el revuelo de palomas alerto que ya estaba entre nosotros, y apareció doblando un individuo vestido de bombero corriendo con una deshilachada manguera enroscada en el hombro. En su mano derecha sostenía un pobre piolin que llegaba hasta un carro de bomberos de juguete. La sirena aullaba aferrada a la espalda. Las caras ajenas se volvieron para verle. Y el seguía jugando en su mundo. Algunos se rieron, otros lo insultaron, pero él, él no se dio cuenta, seguía siendo el héroe de una muñeca de porcelana que lo esperaba en alguna ventana de quien sabe en donde. El joven dejo de cantar, la pareja se sonrió, el ensimismado se miro desde afuera, el del teléfono, corto su comunicación y le grito barbaridades. El bomberito se alejaba y la gente lo seguía con la mirada en su escape, hasta que la sirena gemía moribunda. Todo, otra vez, volvió a su ritmo normal. -¡Pobre, esta loco! - Alguien dijo en tono irónico. Y fue cuando comprendí el objetivo de su acción: Mientras el bomberito realizaba su ridícula carrera, todos dejaron de hacer sus cosas para verle. Todos juntos con los sentidos en ese “Loco”. O en su locura. Pobre? – Le conteste. El hombre se detuvo, giro en sus pies y me dejo entrever una mirada de tristeza. Si pobre esta loco. - Afirmó. Loco, loco? Esta más cuerdo que ninguno, le dije. O no se da cuenta, de lo que hizo. Me miro, como solo se mira a un loco y grito: LOCO, LOCO!!!! El silencio se hizo infranqueable Me dijo loco, pero los locos siempre dicen que los locos son los otros. Ósea, no soy yo el loco, ¡Que loco! PD: Gracias por visitarme esta mañana...

No hay comentarios: